domingo, 16 de noviembre de 2008



Me gusta "desaprovechar" las mañanas de domingo reiterativamente, semana tras semana.


Pasear, mirada inquieta, y capturar en las retinas el aire ocre de la estación, la decadencia del color en los árboles, en la ribera del río, el olor dulce de la tierra humedecida...


Borrón y cuenta nueva mental mientras acaricio el brevísimo pero cálido sol del mediodía (¿o es él quien me acaricia a mí?), y me abrazo, y me dejo soñar -que no está mal hacerlo de vez en cuando-.


Euterpe y yo miramos ensimismadas hacia el mismo sitio, cada una vemos la vida de un color diferente, subidas al kiosko de nuestra fantasía.

Ella se queda allí, haga frío o calor, tarareando...
A mí me gusta más soñar por la mañana que por la noche, y el sueño dura hasta que vuelvo a casa.
Y me quedo con el recuerdo de esta sensación hasta el domingo siguiente.




jueves, 13 de noviembre de 2008

El cole


Este año estoy de nuevo en el colegio dando clases extraescolares de dibujo y pintura.

La verdad es que el curso pasado lo terminé muy desanimada, tuve un muy mal año a nivel personal, y yo no me sentía con mucho ánimo de ir a dar clases a los peques.

A final de curso, haciendo balance, me planteé incluso no volver a ir este año: no había conseguido ganarme a la clase y conectar con ellos, y eso fue bastante frustrante.


Pero bueno, al final he decidido volver, llevo ya mes y medio y estoy encantada!

Vale, sí, son unos enanos de 6 años (algunos) otros unos locos de 8-9 y después tengo a los "pre-adolescentes" que esos... buf, esos sí que no sé cómo cogerlos!!

A todos los junto en un aula e intento explicarles, como buenamente puedo debido a la heterogeneidad del grupo, conceptos como proporciones, luces y sombras, teoría del color...

También intento inyectarles una pequeña dosis de imaginación, porque algo que me dejó perpleja cuando empecé es que los niños de hoy cada vez tienen menos capacidad de imaginar cosas! Y no, no es una manera de hablar, es que a veces no se les ocurre NADA. Están alienados con tanta "pleisteison" y "pokémos" y "Brats" y High School Musical.


Y sobre todo estoy contenta porque tengo ganadísimos a dos niños (este año es el primero que se han apuntado más niños que niñas) que prometían ir a ser bastante... "difíciles" y yo juraría que uno incluso se está "enamorando" un poco de mí, lo cual me hace muchísima gracia, pobrecito mío.

Así que estoy muy satisfecha de los 25 alumnos que tengo este año, y me voy feliz , pensando en que mola que tus alumnos te deseen buen fin de semana chocándote las manos y pensando en cómo les explicaré el lunes el tema de la "profundidad en los dibujos"... (a veces me da un poco de pena ser la causante de que dejen de lado los dibujos infantiles y se metan de lleno en el dibujo "adulto", pero para eso se han apuntado a la actividad, ¿no?)

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Can you remember, remember my name...?




Estoy nerviosa y asustada a partes iguales, lo que es una buena razón para que tenga la boca sellada con lacre.


Por un lado me muero de ganas de desahogarme, y por otro, no quiero, porque eso implicaría escucharme, materializar la nube de pensamientos que hay en mi cabeza.


Y prefiero que me siga pesando lo menos posible.


Pero la banda sonora no ayuda; antes era la canción ideal para hacer un streaptease, ahora es una verdad que pesa como una losa.




domingo, 9 de noviembre de 2008

Cómo querer(me)

Ya hace unos días que terminé el último libro que tenía entre manos, "El arte de amar".

Creo que se pueden extraer muchas conclusiones, la verdad es que no descubre nada esencialmente nuevo, sólo que tendemos a olvidarnos de ciertas cosas...
Yo en concreto, me he quedado con dos ideas:
La primera es la finalidad del amor.
El amor no debería tener ninguna finalidad, sino que simplemente debería estar presente, sin más.
El amor sin condiciones es lo más auténtico y sincero que se puede ofrecer a alguien. Pero desgraciadamente la mayoría de la gente "quiere" por algún tipo de causa: para no sentirse solo, porque necesita algo de la otra persona, le viene bien tenerla cerca...
En mi caso he de decir, que hay poca gente a mi alrededor, pero que por mi parte sólo hay una razón para que estén allí y es que les quiero.
Como bien me apuntaron, la relación no siempre es biyectiva.
A algunos les parecerá un error, una pérdida de tiempo o que soy tonta. Pero es lo que tiene el amor sin condiciones, que quieres sin más. Y que puedes dar, dar, dar... y no recibir nada, o algo peor.
La segunda es que no puedes querer sólo a una persona, sino que en el momento que la quieres, si ese amor es de verdad, quieres a todo el mundo (y, entendedme, no estoy tratando de hacer un discurso "perroflauta"...esto es otro rollo).
Y ante todo, aprendes a querer a los demás como te quieres a tí mismo.
Por eso, es importante tener en cuenta a los demás, y ser empáticos con quien nos rodea.
Muy bien, ya sé lo que me vais a decir (o al menos lo que estáis pensando unos pocos), que ya vale de ser empática y que no parece que me quiera mucho a mí misma, probablemente parece un sinsentido daros la chapa con lo del amor sin condiciones y que me llueva mierda por todas partes.
Es posible.
Pero esto hace que me quiera más a mí, porque siento que soy fiel a lo que hay en mi cabeza y en mi pecho.
No podría quererme a mí misma sino hiciera todo lo posible por ser una persona íntegra, aunque a veces duela un poco.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Aurelio



Aurelio es un dragón con un corazón de oro.

Se lleva muy bien con los niños, y le encanta inventar cuentos que les cuenta mientras toman chocolate con churros.

Aurelio es vegetariano, por eso los niños no le tienen ningún miedo, y en su dieta nunca faltan alimentos de color amarillo que le ayudan a mantener su lustroso color.

Esta tarde le voy a presentar a mi sobrina Ana.

Hoy es su "cumpleaño" y aunque ella todavía no sabe hablar estoy segura de que van a hacer muy buenas migas.


(Aurelio ahora se ha mudado a una camiseta azul, la de aventuras que van a vivir estos dos...)

martes, 4 de noviembre de 2008

Iba a escribir algo...

...pero se me ha ido la inspiración por la taza del váter.

Sí, estoy nerviosa, el jueves expongo el seminario, y... ¡ay!
Parece mentira, con la de años que llevo hablando en público... pero es que esto me parece muy serio!!

En fin, con lo agusto que podría estar disfrutando esta semana de mi casa, del vino bueno, la música perfecta, con tranquilidad... y nada, por no tener,no tengo ni tiempo para dormir.
Estoy un poco melancólica,¿se nota,no?
Eso es porque mi cerebro no para, y echo de menos el tiempo en que sí lo hacía y en que había alguien para compartir esos momentos...
Puf, vale, paro, que me sube el azúcar en sangre.

¿No os repetís a veces cosas que sabéis que no son ciertas ni de lejos, a ver si os lo creéis?
Pues yo me repito a modo de mantra : estoy muy bien, me lo paso muy bien estudiando, qué bien me va a salir el seminario, qué feliz me hace estudiar espectroscopía, soy más feliz sin él...
Y con eso pospongo el momento de sentarme, con la copa de vino, de escuchar a Pat Boone, de fumarme un cigarrillo... y de darme cuenta que de tranquilidad nada, monada.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Arte por todas partes

Me estoy leyendo uno de esos libros que esperas que dejen impresión en tu vida.

"El arte de amar" de Erich Fromm, es un libro que ha rondado por mi cuarto durante 23 años (mi cuarto es la biblioteca de la casa, mis padres guardan allí hasta el Kamasutra y yo que siempre he sido adicta a la lectura y una persona más bien curiosa... podéis haceros a la idea).

Siempre había querido leerlo, sobre todo porque en uno de mis libros favoritos (Hijos de la Droga) lo menciona la protagonista como un libro que leyó y sobre el cual reflexionó mucho cuando estaba comenzado a salir de la adicción a la heroína.
La verdad es que da para bastante reflexión, no tiene nada que ver con la sexualidad y el erotismo, ni es un manual sobre el amor.
Trata de cómo amamos:
a los demás, a nosotros mismos, a Dios, de cómo nos quieren y del porqué.
Por supuesto que hay ideas que no comparto (al fin y al cabo el autor nació en 1900 y ciertas ideas, por ejemplo sobre la homosexualidad) porque me resultan algo estrechas, pero me parece que hay cosas muy interesantes también... y mucho que aprender de nosotros mismo y nuestra relación con los demás...

Es un libro cortito (esta edición tiene 139 págs) pero intenso.
Y lo mejor es que no es necesario leerlo del tirón, sino que puede degustarse a sorbitos y dejar reposar.
Cuando lo acabe (ya me queda muy poco) creo que le dedicaré una entrada a mis reflexiones, a ver qué os parecen.
Eso sí, adelanto que no es nada esperanzador, la sensación que me está dejando es de absoluta falsedad en la mayoría de gente que me rodea... pero también me afirma que existen excepciones.

Y ahora me voy a ir a darme una vuelta... aunque llueve a cántaros me están apeteciendo muchísimo unas castañas asadas... creo que pasearé hasta el centro.

besines de colorines

sábado, 1 de noviembre de 2008

jalogüin

Lo vi aparecer desde el final de la calle.
Eran cerca de las 3 de la mañana, estaba casi llegando a casa, pero me quedé a esperarle, él aún no se había percatado de mi presencia, así que decidí aprovechar el factor sorpresa.
Me puse el pañuelo que llevaba en la garganta en modo capucha, y me refugié en un portal bastante oscuro.
Estaba dispuesta a asaltarlo y, desde luego, a dejarlo K.O.
Pero no hizo falta.
Conforme se acercaba advertí que estaba más débil y pálido que nunca, solo y abatido.
Así que cuando salí del portal, le miré fijamente a los ojos, esos ojos vacíos de cualquier expresión humana o divina.
Él volvió la cara con vergüenza (hubiera jurado que hasta se sonrojaba, sino fuera porque es un espíritu) y apretó muy fuerte los labios.
Intentó acercarse, ponerme su mano helada en la nuca.
Pero no se atrevió. Yo le miré con más valentía de la que tengo.
No hizo falta que dijera nada, la patada en el culo se la había dado yo.
Lárgate! y no vuelvas!
Vete a asustar a otros, o mejor date miedo a tí mismo.
Yo soy inmune a tí.

Y así es como terminé de andar los 100 metros que me quedaban hasta casa, me puse el pijama y me senté en la cocina a darme un homenaje de leche con galletas.
Y antes de irme a la cama, me escribí una nota para no tener dudas a la mañana siguiente de lo que había pasado: Irene 1 - espíritu de los miedos pasados 0.