sábado, 1 de noviembre de 2008

jalogüin

Lo vi aparecer desde el final de la calle.
Eran cerca de las 3 de la mañana, estaba casi llegando a casa, pero me quedé a esperarle, él aún no se había percatado de mi presencia, así que decidí aprovechar el factor sorpresa.
Me puse el pañuelo que llevaba en la garganta en modo capucha, y me refugié en un portal bastante oscuro.
Estaba dispuesta a asaltarlo y, desde luego, a dejarlo K.O.
Pero no hizo falta.
Conforme se acercaba advertí que estaba más débil y pálido que nunca, solo y abatido.
Así que cuando salí del portal, le miré fijamente a los ojos, esos ojos vacíos de cualquier expresión humana o divina.
Él volvió la cara con vergüenza (hubiera jurado que hasta se sonrojaba, sino fuera porque es un espíritu) y apretó muy fuerte los labios.
Intentó acercarse, ponerme su mano helada en la nuca.
Pero no se atrevió. Yo le miré con más valentía de la que tengo.
No hizo falta que dijera nada, la patada en el culo se la había dado yo.
Lárgate! y no vuelvas!
Vete a asustar a otros, o mejor date miedo a tí mismo.
Yo soy inmune a tí.

Y así es como terminé de andar los 100 metros que me quedaban hasta casa, me puse el pijama y me senté en la cocina a darme un homenaje de leche con galletas.
Y antes de irme a la cama, me escribí una nota para no tener dudas a la mañana siguiente de lo que había pasado: Irene 1 - espíritu de los miedos pasados 0.

2 comentarios:

Duncan de Gross dijo...

Esos espiritus de los miedos pasados rondan con frecuencia, y tú aún eres joven, yo te saco casi quince años, y a mi edad (ya viejuno, jajaja), a veces no los consigues superar, me alegra que tú si ganes esas batallas!!!,jajaja

Duncan de Gross dijo...

Esos espiritus de los miedos pasados rondan con frecuencia, y tú aún eres joven, yo te saco casi quince años, y a mi edad (ya viejuno, jajaja), a veces no los consigues superar, me alegra que tú si ganes esas batallas!!!,jajaja